Debido a la amplitud del rango dinámico que nuestro sistema auditivo es capaz de percibir, variaciones de presión de entre 0,0002 Pascales y 2000 Pascales, resulta muy cómodo utilizar el decibelio para convertir esta escala lineal en una escala exponencial. Además la percepción subjetiva de nuestro sistema auditivo es más parecida a una función exponencial que a una
lineal. El decibelio no solo se utiliza en acústica, se aplica también en otras ramas de la ciencia. Es una unidad logarítmica utilizada para comparar una cantidad con otra, llamada unidad de referencia, la cual suele coincidir con el valor mínimo. En el caso de la acústica el valor de referencia para la intensidad sonora es de 0,000000000001 w/m 2 = 1E-12 W/m2, para la potencia acústica es de 0,000000000001 W = 1E-12 W/m 2 y para la presión acústica es de 20 μPa = 0,00002 Pa = 2E-5 Pa. Este último es el comúnmente más utilizado y del que surgen los dB (SPL). Según lo comentado en este párrafo la expresión que nos permite obtener el nivel de presión sonora (Lp) [dB] a partir de la presión acústica (p) [Pa] es la siguiente:
Al tratarse de un parámetro logarítmico, la suma de dos términos no es lineal, 40 dB + 40 dB ≠ 80dB. Para sumar decibelios hay que aplicar la siguiente expresión:
De tal forma que:
Al sumar dos valores iguales x la suma de ambos es igual al valor x + 3dB (34 dB + 34 dB = 37 dB).
Si la diferencia entre ambos valores es superior 10 dB nivel práctico se considera que el menor no aporta nada (60 dB + 50dB ≈ 60 dB)
Nuestro sistema auditivo no percibe con el mismo nivel las distintas frecuencias. En la figura se muestran las curvas de igual sonoridad. Estas curvas muestran el nivel de presión sonora necesario en cada frecuencia para que nuestro sistema auditivo lo perciba igual en todas ellas, siendo necesario más nivel en las frecuencias altas y en las bajas que en el rango medio, rango en el que se encuentra la voz y al cual somos más sensibles. La ponderación A surge de la inversa de la curva de 40 phonos * (en rosa) simplificada, es una corrección que se aplica a los niveles de presión sonora medidos para asemejarlos a la percepción subjetiva que tenemos de ellos, obteniendo así un resultado de la medición en dBA. No solo se utiliza la ponderación A, también resultan útiles para otros fines la ponderación B (a partir de la curva de 70 phonos), C (a partir de la curva de 100 phonos), D (a partir de la curva de 120 phonos) y Z (ponderación lineal). Siendo la A y la C las más utilizadas.
Los problemas derivados de la exposición al ruido no solo dependen del nivel de estos ruidos, también dependen del tiempo de exposición. El umbral del dolor se considera que está en 140 dB (motor a reacción de un avión), lo cual quiere decir que una exposición, por corta que sea, a estos niveles puede producir una pérdida de audición. Las pérdidas de audición son irreversibles y acumulativas.
Por encima de los 100 dB es recomendable utilizar siempre protección auditiva, sin embargo ante una exposición prolongada a niveles superiores a 85 dB también se considera necesaria la utilización de protectores auditivos.
La exposición a altos niveles de ruido no solo puede tener consecuencias en cuanto a pérdidas de audición, sino que puede acarrear problemas de fatiga, trastornos psicológicos, dolor de cabeza…
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